Cádiz conjuga a la perfección su abultada historia marítima con ese ambiente andaluz que, más que explicarse, lo mejor que se puede hacer es sentirlo. Abrazada al océano Atlántico, su puerto ha sido durante siglos un enclave fundamental para el comercio y la interconexión con el resto del mundo.
Hoy en día, pasear por su casco antiguo sigue siendo un viaje al pasado, entre plazas y edificios históricos. No puedes perderte la majestuosa Catedral de Cádiz, que tardó 116 años en construirse, ni la Torre Tavira, el punto más alto del casco antiguo, que recompensa con unas vistas increíbles y una Cámara Oscura que permite observar distintos rincones de la ciudad con detalle.
Pero la historia no es la única protagonista, porque Cádiz también presume de playas de arena dorada como La Caleta y la playa de la Ballena. Además, es una ciudad superdisfrutable por la noche, con sus restaurantes rebosantes de pescaíto frito, tortillitas de camarones y cazón en adobo, y sus fiestas en la playa de la Punta de San Felipe , donde la música suena al son de las olas del mar.
Por último (pero no por ello menos importante, sobre todo teniendo en cuenta que estás en esta página), el puerto de Cádiz es uno de los puntos de salida principales hacia Canarias desde la Península. Ir en ferry desde tierras gaditanas es toda una experiencia, cruzando el Atlántico hasta los paisajes volcánicos, el tiempazo, la comida y el relax que hacen del archipiélago un destino perfecto en cualquier época del año.