Situada entre la costa adriática de Montenegro y las imponentes montañas del país, Bar es un pueblo encantador donde historia, naturaleza y encanto costero se combinan de manera sorprendentemente armoniosa. Es un lugar que equilibra con discreción la actividad de un puerto en funcionamiento con la tranquilidad atemporal de su rica historia.
A pocos kilómetros tierra adentro se encuentra Stari Bar, la ciudad antigua y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situada frente a las escarpadas colinas del monte Rumija, este entorno histórico está salpicado de vestigios de la arquitectura otomana y veneciana. Al recorrer sus callejuelas de piedra, se pueden disfrutar vistas panorámicas del mar mientras imaginas cómo sería la vida cotidiana allí en tiempos pasados.
Junto al mar, la costa de Bar está salpicada de playas de guijarros y paseos ventilados. Las tardes aquí están hechas para disfrutar de una bebida fría, probar marisco recién capturado y ver cómo el Adriático pasa de zafiro a pizarra a medida que se pone el sol. No muy lejos, en el barrio de Mirovica, se encuentra un relicario vivo: el querido Olivo Milenario, que se cree que lleva en pie más de 2.000 años.
Bar también es el primer puerto de escala para muchos visitantes de Montenegro, ya que sirve como punto de partida ideal para explorar las joyas del sur menos conocidas del país: desde los soleados tramos de Ulcinj hasta la cristalina extensión del Lago Skadar, e incluso cruzando la frontera hacia Albania.